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martes, 19 de junio de 2007

El Mate


Una costumbre bien nuestra

El 84% de los uruguayos admite tomar mate todos los días y con tal grado de adhesión que no llama la atención que nuestro país ocupe el primer lugar en el mundo en el consumo de yerba. ¿Pero realmente cuánto sabemos sobre la costumbre tan nuestra de disfrutar de esta infusión? A continuación compartimos con nuestros lectores los aportes de un colega de la capital del país que sorprenderán a más de uno.


Este patrimonio inmaterial tiene lugar en todos los rincones del país, desde las grandes urbes hasta lo más recóndito de los ambientes rurales, pasando por todos los sectores etareos, clases sociales, hombres y mujeres. Teniendo en cuenta que más de ocho de cada diez uruguayos practican, cotidianamente, esta infusión, debe ser considerada a la vez como parte de los usos y costumbres de mayor vigencia en el país, superando incluso, el manejo, también habitual que le dispensan los países vecinos a pesar de su mayor población y superficie.

Componentes primarios
Es, indubitablemente, un legado de la más antigua cultura de las etnias guaraní-tupí. Sus componentes primarios se mantienen casi inalterables: la Ka’a (en guaraní) o Yerba mate (la hierba vegetal de la familia de las Ilex); el Ka’ aiguá (del idioma avañe’e, guaraní no paraguayo) que se traduce como “recipiente para el agua de la yerba” también llamado porongo o mate, tipo de calabaza, fruto de la Crescentía y de la Lagenaria vulgaris (un tipo de enredadera); la takuapí (también del guaraní) una cañita ahuecada para sorber el agua y por último el itacuguara o “barro hueco (vasija) para el agua caliente”. Salvo ciertos procesos de industrialización de la yerba, algunas pocas preferencias por recipientes de madera o cerámica entre una variada gama, la bombilla de metal en lugar de la cañita y un termo que mantiene el agua caliente y facilita su traslado, no se registran cambios sustanciales.

Sus orígenes
Su origen de carácter ritual, espiritual y religioso así como su primigenio uso medicinal, también en etnias como la charrúa o la mapuche, y del dominio de los chamanes es toda una certeza. Aún se puede observar entre los Mbya-Guaraní actuales, instalados en las afueras de Montevideo, también cerca de Curuguaty en Paraguay, la ritual “Rueda del mate” o entre los Ñandeva de Curitiba, Brasil, la “Rueda del mate y el petá”, con rezos, cantos y danza en torno a un mate con las hojas enteras, sin moler, de la yerba. En antiquísimos mitos y leyendas guaraníes, Tupá “el genio del bien, el Supremo que todo lo puede” premiaba como agradecimiento obsequiando la yerba; por su parte Yasí (la luna) y Araí (la nube) entregaban la Ka’a “planta benéfica y protectora” la “privilegiada de la tierra”. Ya en 1763, al describirse la ociosidad de los montevideanos, se consigna que “ellos no se ocupan más que de conversar juntos, tomar mate y fumar un cigarro” (Pernetty).
Ha estado el mate, indisolublemente ligado a la historia de los uruguayos. Desde El Hervidero, Paysandú, a orillas del río Uruguay, José Artigas el Protector de las Provincias Unidas le escribe el 22 de noviembre de 1815 al Gobernador de Corrientes y Misiones, el indio guaraní Andrés Guacurarí: “...se han desembarcado en este puerto los 48 tercios de Yerba que Usted me remite. Agradezco la fineza” (Archivo Artigas).

Valores terapéuticos
Como antaño y sumado a los valores terapéuticos propios de la yerba mate -tales como tonificar el sistema nervioso, ser regulador del corazón, el aparato digestivo y la respiración, normalizando el esfuerzo intelectual y muscular- sus efectos curativos se amplían ilimitadamente al ser su infusión depositaria y mezcla de gran variedad de yuyos y hierbas medicinales: anacahuita, albahaca, alcachofa, alfalfa, apio, arrayán, aruera, boldo, cardo, carqueja, cederrón, guaco, llantén, manzanilla, marcela, mburucuyá, pitanga, romero, tilo, toronjil, etc.; prácticamente conlleva toda la farmacopea tradicional.

Una costubre de todos
En 1995 en Uruguay se consumieron 24.000 toneladas de Yerba. El 84% de los uruguayos admite tomar mate todos los días. Un 77,8% de los hombres lo hacen en la capital y un 85% en el interior. Las mujeres los superan: 82,9% en Montevideo y un 98,2% en el interior (Rica). El país ocupa el primer lugar en el mundo en el consumo de Yerba y así, en medio del campo, el parque o la plaza de las ciudades, otras ruedas de mate cumplen el viejo ritual de los primeros “asientos del fogón” de los indígenas americanos.

Nelson Caula
Periodista

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