Una herramienta al servicio de todos
Un día, hace un par de años atrás, transitando por la carretera entre Melo y Tupambaé, al llegar a la bifurcación de la ruta 7 con la 26, a eso de las 22:30 hs, dos mujeres - una de ellas con un bebé en sus brazos - me hacen seña para que detenga -.
Al parar, me pidieron si las podía arrimar a Fraile Muerto. La voz de la que me habló en ese momento estaba un poco temblorosa.
Al reiniciar la marcha entablamos un diálogo y me explicaron que estaban muy nerviosas, porque hacía mucho rato que esperaban y nadie las levantaba. El bebé, plácidamente dormido, no se enteraba de lo que ocurría a su alrededor. Pasados unos kms. me preguntaron si yo no tenía miedo de levantar gente en la carretera.
Honestamente, esperaba ansiosamente esa pregunta y mi respuesta fue NO… siempre ando bien acompañado (no se trata de armas, ya que no las uso), lo que me acompaña es la alegría de poder servir a alguien en el momento que lo necesita. Como les explicaba, posiblemente no sea a mí que me devuelvan el favor; lo importante es que lo trasladen a otros, porque en algún momento todos precisamos de los demás.
De eso se trata, todos podemos ser generosos sin perder nada y ganar mucho.
El momento de comenzar el cambio es ahora, no esperemos por los otros.
Hoy el YO es importante, te dejo una herramienta que te va a servir siempre, no es mía, es de todos y es para que la usemos más y mejor… esa humilde herramienta es el AMOR.
Si alguien, aunque sea uno, lee, reflexiona y guarda esto para poder cambiar en algo su actitud, estas no serán palabras que se las llevará el viento y el trabajo de escribirlas estará pago.
Ricardo Rodríguez
"El Carpintero"
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